El intento de controlar el alma.
Muchas veces pensamos que podemos controlar el amor. Y, en ese momento, nos sorprendemos haciéndonos una pregunta absolutamente inútil: “¿merece la pena?” El amor no respeta esa pregunta. El amor no se deja valorar como una mercancía. Uno de los personajes de la obra La buena alma de Tse-Chuang, de Bertold Brecht, nos habla de la verdadera entrega:
"Quiero estar junto a la persona que amo.
No quiero saber el precio que habré de pagar.
No quiero saber si será bueno o malo para mi vida.
No quiero saber si esa persona me quiere o no
Lo único que necesito, lo único que deseo, es estar cerca de la persona que amo”.

1 comentarios:
Creo en el amor y creo en la pareja, siempre y cuando el sentimiento sea mutuo. Por mas que ame a una persona, no creo que soportare estar a su lado si ella no siente lo mismo.
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